Casa Encantada/ La Loma Grande, calle Francia Fotografía: Santiago Maldonado |
La Loma Grande, situado en el Centro Histórico
de Quito, es uno de los barrios más antiguos y tradicionales de la capital.
Razón por la cual, cuenta con rico valor cultural e histórico. Es por eso que
también cuenta con varias leyendas, que a día de hoy siguen siendo contadas por
los moradores que nacieron ahí hace ya, varias décadas. Cuentan historias y
leyendas con la misma sazón del Quito de antaño.
Otras leyendas cuentan que alrededor del antiguo
Molino del Machángara, abandonado desde hace unos pocos años. Pero hoy en día
el viejo y abandonado Molino, ha sido escenario de leyendas de terror que han
ido forjando poco a poco con el tiempo sobre este gigante abandonado. Leyendas
como el duende de las turbinas o el fantasma del Molino; han sido algunas de
las historias que nos ponen los pelos de punta y nos erizan la piel. Cuentan
las lavanderas del Machángara.
Pero una de las leyendas más sonadas en Quito,
es la del Señor de los Milagros. Que cuenta que a finales del siglo XVII, en el
barrio Loma Chica (hoy el barrio de San Marcos) vivía una familia modesta pero
virtuosa. Cuya joven mujer, salía todas las tardes en dirección al barrio
vecino, Loma Grande, para recoger a su ganado que tenía pastando en las laderas
junto a la quebrada de la loma. Esta historia se da a partir de algo que ha
caracterizado hasta hoy en día a las mujeres quiteñas: los chismes y las malas
lenguas. Quienes comentaban que esta joven mujer, siempre pasaba mucho tiempo
en estos sitios muy solitarios. Claro está, que estos chismes malintencionados
llegaron hasta el esposo de la mujer; quién siendo un hombre rudo y celoso, no
tardo en espiar y consiguientemente seguir a su joven mujer para constatar con
quien pasaba tanto tiempo a solas.
Una tarde, el hombre celoso logra seguir a la joven y bella mujer, y escondiéndose entre los matorrales. Logro divisar a su mujer dialogando con un hombre muy buen parecido y hermoso. Lleno de celos y furia, el hombre sacó un cuchillo que traía consigo y apuñaló a su esposa y al caballero que estaba con ella. Luego de esto, salió corriendo a esconderse a una de las tantas cuevas que existía en el lugar en ese entonces, llorando y penando por el desamor y por la traición que acababa de vivir; hasta que recordó que sus hijos estaban solos en casa, entonces, secándose las lágrimas se dispuso a ir a su hogar ahora huérfano de madre.
Una tarde, el hombre celoso logra seguir a la joven y bella mujer, y escondiéndose entre los matorrales. Logro divisar a su mujer dialogando con un hombre muy buen parecido y hermoso. Lleno de celos y furia, el hombre sacó un cuchillo que traía consigo y apuñaló a su esposa y al caballero que estaba con ella. Luego de esto, salió corriendo a esconderse a una de las tantas cuevas que existía en el lugar en ese entonces, llorando y penando por el desamor y por la traición que acababa de vivir; hasta que recordó que sus hijos estaban solos en casa, entonces, secándose las lágrimas se dispuso a ir a su hogar ahora huérfano de madre.
El hombre al entrar a su hogar, quedó atónito
al ver que sus hijos estaban siendo atendidos amorosamente por su madre, un par
de horas asesinada por él. Perplejo, le contó a su mujer lo que había pasado y
ella escuchó tranquila. Serenamente, la mujer llevó al hombre a la quebrada de
Loma Grande a ver al hombre con el que la mujer se veía todas las tardes. Y
precisamente, estaba vivo, era un hombre de alta estatura, larga cabellera y
con vestimentas púrpuras y hermosas. ¡Era Jesucristo! Embelesado el hombre por
este ser divino, se dio cuenta de su error al dudar de la fidelidad de su joven
y hermosa esposa y dejarse llevar por los celos.
A continuación, escucharemos la famosa leyenda que la mayoría de los moradores aseveran que sí ocurríó.
¿Conoces alguna leyenda de tu barrio?
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